Enero ya concluyó y las promesas que muchas personas
hicieron en Año Nuevo de adoptar una alimentación más saludable pueden estar
empezando a menguar. En muchos casos, esto ocurre por la falta de disciplina
sumado a la imposición de cambios drásticos que resultan difíciles de mantener
en el largo plazo.
La nutricionista Valentina Artieda comparte algunas
recomendaciones claves para incorporar hábitos nutricionales saludables, que
puedan mantenerse sin sacrificios extremos y, fundamentalmente, que sean
duraderos.
ESTABLECE METAS REALISTAS
El primer paso para lograr un estilo de vida saludable es
definir objetivos realistas. Tal vez tu estilo de vida no te permite pasar
horas en el gimnasio y mantener una dieta estricta para obtener la figura
deseada, pero sí puedes realizar cambios pequeños que marcarán una gran
diferencia en tu salud.
“Realizamos cambios graduales en nuestra dieta y
evaluamos cada cierto tiempo para cerciorarnos que estamos cumpliendo, antes de
incorporar nuevos ajustes que nos acerquen a nuestros objetivos”, señala la
nutricionista quien recomienda iniciar con la reducción del consumo de azúcares
y frituras, la incorporación de meriendas saludables y caminar al menos 30
minutos diarios.
DISFRUTA EL PROCESO
Uno de los mayores errores al adoptar nuevos hábitos es
no disfrutar el proceso, lo cual lleva luego a luego a abandonar el objetivo
por falta de motivación. Artieda enfatiza que es importante ser creativos con
la comida que se consume y disfruta regularmente para añadirle un toque
saludable, sin necesidad de hacer cambios extremos.
“No necesito privarme de ningún plato, solo debo buscar
maneras de hacerlo más saludable. Por ejemplo, si voy a comer un picante de
pollo, reduzco la cantidad de carbohidratos, ya sea la papa o el arroz y añado
más ensalada. Lo mismo si fuera un majao, que la mitad del plato sea ensalada y
el resto el plato principal”, afirma.
NO SATANIZAR A LOS CARBOHIDRATOS
Es uno de los aspectos que algunas personas,
erróneamente, eliminan cuando intentan bajar de peso. Sin embargo, los
carbohidratos son un macronutriente esencial que proporcionan energía para el
buen funcionamiento del cuerpo.
“Hay quienes cortan los carbohidratos para la dieta, pero
llega el final de la tarde y están con demasiada hambre. Es ahí donde se
comienza a tener ansiedad y se termina consumiendo alimentos poco saludables”,
reflexiona la nutricionista.
¿Qué cantidad es adecuada? Artieda señala que dependiendo
del tipo de objetivo que tenga la persona, la cantidad puede variar. No
obstante, el promedio ideal es que la mitad del plato sea verduras (ensaladas),
el otro 25% carbohidratos (arroz, papa, yuca, cereales integrales y otros) y el
otro 25% proteínas (carne de res, pollo, pescado, huevos, legumbres y otros).
INCLUIR SUPERALIMENTOS
Una meta fundamental para este 2025 es incluir en la
dieta diaria los denominados superalimentos, que se consideran especialmente
beneficiosos debido a su alta concentración de vitaminas, minerales,
antioxidantes y otros nutrientes esenciales.
“La quinua, por ejemplo, tiene más nutrientes en 100
gramos que 100 gramos de arroz”, señala Artieda. Otros superalimentos que se
pueden incluir son el amaranto, nueces, chía, palta, espinaca, brócoli,
arándanos, açaí, entre otros.
LA IMPORTANCIA DE LOS LÁCTEOS
La nutricionista también considera fundamental incorporar
el consumo de lácteos, ya que aportan calcio, proteínas, vitaminas y otros
nutrientes importantes para el cuidado de la salud ósea y muscular. Recomienda
consumir entre dos a cuatro raciones (vasos de 250 ml) de leche o yogurt al
día.
Además, destaca que existen productos especiales que
favorecen la digestión y salud en general, como Biogurt de PIL Bolivia, el
único yogurt del país con los probióticos certificados LGG y BB-12, que ayudan
al correcto funcionamiento del sistema gastrointestinal y refuerzan el sistema
inmunológico.
HORAS SUFICIENTES DE SUEÑO
Artieda afirma que dormir entre 7 y 8 horas es crucial
para mantener un estilo de vida saludable. Un descanso adecuado impacta
directamente en la capacidad de tomar decisiones alimenticias más conscientes y
equilibradas.
“Cuando uno duerme pocas horas, despierta con un
organismo en desequilibrio que le va a pedir más comida y más azúcar de lo
normal, entonces es más difícil hacer buenas elecciones”, advierte.
Adoptar hábitos alimenticios saludables no se trata de
hacer cambios drásticos, sino de integrar pequeñas acciones sostenibles que
mejoren la calidad de vida. Siguiendo estas recomendaciones, es posible
construir un estilo de vida equilibrado que no solo nos ayude a mantenernos
saludables, sino que también nos brinde bienestar a largo plazo.
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